Las empresas familiares representan más del 70% de las sociedades comerciales registradas, y pese a que en Colombia no se determinan como un tipo de sociedad en el estricto sentido de la palabra, si encontramos algunos criterios dados por la Superintendencia de Sociedades que nos permite reconocerlas como de índole familiar: el primero que en cuanto a su conformación, entre dos o más de los socios exista un parentesco de consanguinidad hasta el segundo grado o único civil, o estar unidos entre si matrimonialmente; y el segundo que exista un control económico, financiero o administrativo por los socios así relacionados.
Si bien la cifra anteriormente relacionada, resulta siendo interesante, no tanto así las relacionadas con su continuidad, toda vez que según cifras recientes apenas un tercio de estas empresas, llegan a la segunda generación, esto en razón a los continuos retos y desafíos a los que se enfrentan: la transición generacional del poder, la ausencia de reglas claras y objetivas en la relación familia-empresa entre otros, generan de manera consecuente una pérdida de vocación de continuidad de la empresa en el tiempo.
Las diferencias de opinión y conflictos familiares pueden afectar de manera negativa la dinámica empresarial, y a su vez la esfera de la empresa puede quebrantar las relaciones familiares; confundir las finanzas personales con las empresariales, también pueden llevar a momentos de crisis, falta de liquidez o incluso afectar la rentabilidad, es por esto que resulta de vital importancia adoptar las medidas tendientes a superar los retos ya señalados, apuntando al establecimiento de reglas de juego claras y objetivas, identificando el momento presente de la empresa familiar, y proyectándola en el tiempo (prospectiva), generando las reflexiones adecuadas y planificando para actuar de manera ordenada.
Salen a relucir entonces elementos y mecanismos idóneos desde la gobernanza de la empresa, en conjunto con los miembros de la familia, que dotan a la empresa de alternativas eficientes a fin de evitar, que los conflictos que puedan presentarse al interior de la familia se trasladen al ámbito empresarial o viceversa. Elementos como los denominados protocolos de familia, permiten en gran medida abordar de manera objetiva estas situaciones de “conflicto” o “incertidumbre”, al centrarse en la construcción de un catálogo de reglas claras elaboradas por los mismos miembros de la familia, en compañía de un asesor especializado (abogado) regulando aspectos claves como:
Valores y principios rectores
Asamblea familiar- Consejo Familiar
La construcción de este manual comprenderá la filosofía, valores y proyección de la empresa familiar, generando un ambiente de estabilidad y tranquilidad, que sumara al componente de rentabilidad que no puede perderse de vista, sin comprometer las relaciones familiares que resultan siendo a su vez un factor que en mucho garantiza la estabilidad del proyecto empresarial. Estas reflexiones que se plasman en un documento deberán comprender a su vez las estrategias y herramientas que permitan su implementación, y revisión periódica.
La empresa familiar es un activo invaluable para muchas economías, y cada vez toma más fuerza en nuestro país, por ello, si eres parte de una empresa familiar, o tu familia tiene proyección para convertirse en familia empresaria, te invitamos a que hagas parte del Primer Evento Académico Empresarial Fonte donde podrás conocer entre otros temas de gran relevancia, como gestionar los desafíos únicos que nos presentan este tipo de sociedades, a fin de hacerlas sostenibles en el tiempo, y de la mano de expertos resolver inquietudes y compartir experiencias que seguramente enriquecerán tu proyecto familiar.